Hoy vamos a hablar de la Fibra, fuente importante para conseguir nuestros objetivos.
La fibra alimentaria es una sustancia esencial para que una dieta se considere sana y equilibrada.
Durante mucho tiempo se creyó que la fibra alimentaria no era necesaria para el ser humano, ya que nuestro sistema digestivo no tenía las enzimas necesarias para poder degradarla y así digerirla.
Sin embargo, estudios realizados más recientemente han demostrado que la fibra forma parte esencial de la nutrición de las personas, recomendándose actualmente su ingesta diaria en 25g imprescindible para cualquier dieta sana y equilibrada.
Son muchos los alimentos que contienen fibra, sin embargo, dependiendo de su capacidad de ser soluble en el agua las fibras alimentarias se dividen en dos tipos, y ambas tienen funciones específicas:
La fibra insoluble
Este tipo de fibra es la responsable del buen tránsito intestinal, disminuyendo el estreñimiento, debido a que el tracto digestivo casi no contiene bacterias intestinales capaces de degradarla. Está compuesta principalmente por lignina, goma xantana, quitina y celulosa. Es la que está presente en el pan, cereales integrales, frutos secos, hortalizas, granos enteros y salvado de trigo, entre otros.
La fibra insoluble tiene una función muy importante, absorbe el agua y al hincharse provoca que las heces viajen mejor a través del intestino grueso. Además, ese aumento de volumen hace que aparezca una sensación de saciedad y es capaz de adherirse a algunas grasas malas para mejorar su expulsión.
La fibra soluble
Es capaz de absorber el agua con gran facilidad, contribuyendo a la disminución de la absorción de azúcar, colesterol y triglicéridos en el aparato digestivo, reduciendo así la posible presencia de enfermedades cardiovasculares y evitando la aparición de estreñimiento, hemorroides y diabetes.
La fibra soluble está formada por cadenas de azúcares como las pectinas, la inulina, el carragenato o los fructanos. Pero tiene la particularidad de que existen enzimas digestivas capaces de digerirla.
Están presentes en las frutas, verduras, legumbres, cebada, salvado de avena o nueces.
